Porque ya no se puede soñar

La noche eterniza el momento en que recuerdas, incuba rostros y figuras que, al amanecer, quebrarán la realidad que te rodea.

La cotidianeidad nos corrompe y el único modo de salir de ella es trabajar por recordar; nunca olvidar el pasado para pisar firme en el presente, concientizar que estamos en un sitio prestado y que respiramos aire contaminado, ajeno, construir el futuro basados en el segundo que se aproxima, amenazante.

Tarea ardua abrazar al desencanto, volverlo parte de tu vida y, cuando haya perdido su utilidad, desecharlo, borrar con un paño las huellas digitales que se hallan plasmadas en la piel, en la tinta, en el papel que, nunca olvidarán un rostro sonriente, firme, pleno.

jueves, 18 de junio de 2009

Poética del tiempo.

Porque callar es morir.

La tristeza que puede recorrer las 24 horas de un día, y así durante un mes, desliza escarcha en las moleculas de oxígeno que tu eco dibuja al pasar.

Aun me sirven charolas para dos en las fiestas tribales que un día unimos a nuestra bandera.

Me esfuerzo hasta la rabia por no escucharte en cada maldito rincón. Porque tus tacones de pies pequeños caigan, titubeantes y transparentes, en mala noche y silencien mi llanto.

Quiero mentir, platicar a los vecinos que fuiste a beber un té con tu madre, quiero esconder las verdades, sentirme feliz a partir de la piel del cráneo y hacia afuera por siempre; quiero, en definitiva quedarme con el rencor, la única herencia que dejaste para cobro inmediato. Quiero guardar mi rencor y romper las quijadas de mis amigos, y las de mis enemigos , sujetar hasta que mis manos se canser de tirar de las cuerdas.

No es natural que un día se inflame dentro como el pasar de siete días.

No es natural que las semanas se vuelvan meses, o que un mes, un maldito mes de abril pasara en la fotografía de cuatro estaciones.

Y el quinto hijo del calendario de jesús el tormento de saber que lo más difícil aún no llega, estamos aun en calma, tú y yo estamos en paz.

No debiera ser natural que el pasar de treinta días se sienta como eternidad.

1 comentario:

K. dijo...

Es el tiempo que pesa al pasar... maldito, lento y lleno de recuerdos y pasado.

Odia al tiempo que pesa.
Espera al que pasa.

Un abrazo,

K.