Porque ya no se puede soñar

La noche eterniza el momento en que recuerdas, incuba rostros y figuras que, al amanecer, quebrarán la realidad que te rodea.

La cotidianeidad nos corrompe y el único modo de salir de ella es trabajar por recordar; nunca olvidar el pasado para pisar firme en el presente, concientizar que estamos en un sitio prestado y que respiramos aire contaminado, ajeno, construir el futuro basados en el segundo que se aproxima, amenazante.

Tarea ardua abrazar al desencanto, volverlo parte de tu vida y, cuando haya perdido su utilidad, desecharlo, borrar con un paño las huellas digitales que se hallan plasmadas en la piel, en la tinta, en el papel que, nunca olvidarán un rostro sonriente, firme, pleno.

domingo, 16 de mayo de 2010

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Gracias por lo que han dejado aquí.

Este espacio suspende actividades indefinidamente por falta de ___________.

domingo, 2 de mayo de 2010

Segùn el diccionario

Según el DRAE, la palabra "Frustración" significa:

1. f. Acción y efecto de frustrar.

Claro que si ahondamos, encontramos que "Frustrar" es:

1. tr. Privar a alguien de lo que esperaba

2. tr. Dejar sin efecto, malograr un intento.

3. tr. Der. Dejar sin efecto un propósito contra la intención de quien procura realizarlo. Frustrar un delito.


No sé si es mi lucha continua contra el sentido común de la Academia o será que sólo soy presa del inconsciente colectivo, de cualquier modo me parece absolutamente insuficiente esta respuesta para una de esas preguntas existenciales que te asaltan un viernes por la tarde: ¿qué es la frustración?. Aunque podría concordar con la Academia de la Lengua en la definición de "frustrar", debemos partir de los errores.

Quienes, aun por una sola ocasión, han probado el ceboso sabor de este sentimiento, sabrán perfectamente que la frustración no es "acción y efecto de frustrar"; la palabra "acción" presupone un ente que participa en la búsqueda de frustrar el objetivo, mientras que la palabra "efecto" presupone el éxito de dicho ente por frustrar ese intento. En el 89% de las ocasiones que uno se siente frustrado no es por causa de un sólo ente, muchas veces es la circunstancia, el correr del tiempo, el espacio que habitamos, el sucio aire que nos tocó respirar o cualquier situación igual de azarosa la que impide que aquello que deseamos sea conseguido.

De hecho, si se piensa bien, frustar los planes o las acciones de alguien es sumamente difícil, desgastante y un poco inutil. Cometer la "acción de frustrar" necesita el conocimiento perfecto del enemigo, la capacidad de improvisación por si actúa de un modo distinto al planeado, tiempo suficiente para la planeaión o la improvisación y la calma de ejecutar los planes paso a paso sin caer en la desesperación.

Entonces no, la imposibilidad de solucionar una fuga de agua a medianoche, las manos sudadas del miedo que te da darle "aceptar" a la computadora sin saber si lo que harás reventará tu procesador, perder un billete de $500, necesitar la nota de garantía y no encontrarla, dormir solo el domingo en la noche, no compartir nunca más un café a las 3 a.m., viajar cansado del ánimo, sentir un año como diez, recordar y sentir pinchazos; eso no puede ser provocado por un ente, no puede ser provocado por nadie.

Bien, pues nadie a quien reclamar, ni a quien gritarle por ayuda, nadie que te cuide cuando enfermes, que te corija la plana cuando es necesario, nadie con quien compartir los azulejos de la cocina, nadie con quien encargarse de las compras, nadie que te pregunte por tu día, ni te mande a dormir ni te llame a comer, nadie que caliente tu plato cuando vuelves a casa.