Porque ya no se puede soñar

La noche eterniza el momento en que recuerdas, incuba rostros y figuras que, al amanecer, quebrarán la realidad que te rodea.

La cotidianeidad nos corrompe y el único modo de salir de ella es trabajar por recordar; nunca olvidar el pasado para pisar firme en el presente, concientizar que estamos en un sitio prestado y que respiramos aire contaminado, ajeno, construir el futuro basados en el segundo que se aproxima, amenazante.

Tarea ardua abrazar al desencanto, volverlo parte de tu vida y, cuando haya perdido su utilidad, desecharlo, borrar con un paño las huellas digitales que se hallan plasmadas en la piel, en la tinta, en el papel que, nunca olvidarán un rostro sonriente, firme, pleno.

domingo, 7 de junio de 2009

Cosas sobre ella

Porque sólo lo que se calla se olvida

Como dijo Neel "no lloro de tristeza, lloro de agradecimiento, esto es como una buena película de samurais en la que, al final, el héroe, el maestro, muere".

Y lloro de agradecimiento, porque forjaste con una pequeña materia, con un trozo de barro blanquecino, un alma libre, tan libre como la tuya, porque mi herencia cósmica emana de tu mirada, porque la libertad emana de tu sonrisa.

"De leña seca su ropaje,
petenera su lamento,
en carne vive el carruaje
que la lleva a sus adentros,
la sonrisa despeinada
de ir en contra de los vientos,
de ir en contra de los vientos."

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