Porque ya no se puede soñar

La noche eterniza el momento en que recuerdas, incuba rostros y figuras que, al amanecer, quebrarán la realidad que te rodea.

La cotidianeidad nos corrompe y el único modo de salir de ella es trabajar por recordar; nunca olvidar el pasado para pisar firme en el presente, concientizar que estamos en un sitio prestado y que respiramos aire contaminado, ajeno, construir el futuro basados en el segundo que se aproxima, amenazante.

Tarea ardua abrazar al desencanto, volverlo parte de tu vida y, cuando haya perdido su utilidad, desecharlo, borrar con un paño las huellas digitales que se hallan plasmadas en la piel, en la tinta, en el papel que, nunca olvidarán un rostro sonriente, firme, pleno.

domingo, 14 de junio de 2009

Trabajar en domingo

No me parece tan grave trabajar en domingo, es mejor eso que hacer limpieza hogareña.

2 comentarios:

Sybila dijo...
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
Sybila dijo...

Hay veces que la luna es testigo de esas coincidencias. Tal vez, de ese modo, las alumbra de una manera especial. Hay otras donde la luna se esconde y cierra los ojos. Eso ahora no sè exactamente qué signifique.
Presentir y desear son sensaciones que a veces se confunden;

la magia llega cuando esas sensaciones se convierten en una manera de seguir conjurando al otro...

Ps. El quehacer y los ángeles azules no se llevan tan mal, eso dicen =P


Un abrazo