Porque ya no se puede soñar

La noche eterniza el momento en que recuerdas, incuba rostros y figuras que, al amanecer, quebrarán la realidad que te rodea.

La cotidianeidad nos corrompe y el único modo de salir de ella es trabajar por recordar; nunca olvidar el pasado para pisar firme en el presente, concientizar que estamos en un sitio prestado y que respiramos aire contaminado, ajeno, construir el futuro basados en el segundo que se aproxima, amenazante.

Tarea ardua abrazar al desencanto, volverlo parte de tu vida y, cuando haya perdido su utilidad, desecharlo, borrar con un paño las huellas digitales que se hallan plasmadas en la piel, en la tinta, en el papel que, nunca olvidarán un rostro sonriente, firme, pleno.

martes, 3 de febrero de 2009

Desempleados

Me senté en una banca dos horas, luego, en el piso, una más, luego sesenta minutos en otra banca y concluí el viaje de pie, durante más de cien minutos. Mientras tanto me dio tiempo de observar a la gente que estaba a mi alrededor, escuchar un poco, observar las tonterías de los comentaristas en la tele, notar a aquellas personas que salen diario de sus casas a chingarle, a tratar de mantener la panza medio llena y los ojos medio secos.

Al ver tanta gente reunida no pude más que darme cuenta, y de verdad fue una revelación, que trabajo no falta, hay muchas cosas por hacer: debemos construir, sí, nosotros, más hospitales, más escuelas, más jardines, más centros deportivos, más espacios para los jóvenes de la tercera edad, más espacios para los niños; hay también mucha gente a la cual enseñarle tantas cosas, brindarle educación apropiada, brindarle mejores servicios, mejor atención; necesitamos más y mejores cuerpos policíacos, gente a la que de verdad le importemos y no esté dispuesta a seguir este juego de mierda que hay en nuestras instituciones, personas que si los contrataron para cuidarnos, no nos roben; necesitamos un mejor sistema penal y de readaptación social; necesitamos personas inteligentes que comuniquen la verdad, que nos entretengan con inteligencia, no una bola de idiotas salidos de quiensabequelugarconalgodedinero que cada vez nos intenten hacer más y más estúpidos junto con ellos; nos merecemos salarios dignos, empleos estables, médicos más humildes y menos huevones, profesores que enseñen a pensar y no “lo que hay que pensar”, es más, nos merecemos un futbol de calidad (caramba, es a lo que más dinero y tiempo libre le invertimos para puras vergüenzas), necesitamos más centros culturales, más obras de teatro, más libros, necesitamos también que se difundan y que sean accesibles.

Necesitamos más y mejores economistas, mejores ingenieros industriales, civiles, psicólogos, geógrafos, historiadores, bibliotecarios, agrónomos. Necesitamos que la gente que nos da de tragar (o sea la cadena que va de los campesinos hasta el vendedor) reciban una remuneración justa por la chinga que se llevan, herramientas adecuadas para sus propósitos, es increíble que lo diga pero ¡Necesitan servicios básicos! Necesitamos también pensiones justas, sistema de seguridad social eficaz, comprometido y honesto, no una bola de mafiosos en bata que se dediquen a poner sueros y a equivocarse en los diagnósticos.

Requerimos atletas de alto (en serio, alto) nivel, nos urgen físicos, químicos, investigadores de todas las áreas comprometidos con la verdad. Nos hacen falta escritores reales, no ladronzuelos faramallosos y divas de la t.v. mexicana, necesitamos críticos, filósofos, necesitamos ciencia.

De manera prioritaria solicitamos gente con buena voluntad, con amor propio y al prójimo, necesitamos gente que sepa atender a nuestros enfermos, a nuestros niños, a nuestros ancianos, a nuestros alumnos. Necesitamos gente honesta, con códigos establecidos, con honor, dignidad y respeto a la vida. Necesitamos gente en la que podamos confiar y que confíe en nosotros, necesitamos que se cumplan, y cumplir, las promesas, en fin, necesitamos elevar nuestra calidad de vida.

Este país es encabronadamente hermoso, con gente bellísima y de una calidez insuperable, pero está corrupto, desde las calles hasta los corazones y los campos, el veneno de una bola de hijitos de la chingada nos tienen al filo de la supervivencia, eso provoca que la gente sencilla se deforme y se vuelva agresiva, con preocupaciones únicamente por las necesidades inmediatas de su manada, mientras los obesos hijos de puta tragan champagne de 100 dólares en la comida y en la cena. Si se lo ganaron de ley, que bueno, adelante, pero reto a diez (no creo que haya más de cinco) a diez cínicos de las altas esferas a que me comprueben que NO están ahí sin antes haberse chingado a alguien o algo, que no se han robado un clip de su oficina, que no han tratado mal a una persona que solicita sus servicios, que no han aplicado amenazas, extorsiones, presión, etc., contra sus “enemigos”, que no han evadido sus responsabilidades o, ya de menos, que no quieran reventarme la madre por lo que digo.

Así que por favor, gente, no me vengan con la reverenda mamada de que “Es que no hay trabajo”. Trabajo hay un chingo, sobra, está pa´aventar hacia arriba, lo que falta, bueno, sí, son un montón de cosas, pero se empieza por hacer el intento ¿qué no?

Se solicita gente para mejorar este país, cada quien trata de lograrlo a diario, pero de manera aislada, lamentablemente, así no funciona la cosa. Tendríamos que hacer, para que alguien nos pelara, un sindicato, un comité, una junta directiva, o ya de plano ser cantantes, y eso no asegura más de tres minutos en la “diosa” tele.

Por lo demás, bueno, a darle que es mole de olla y si no le seguimos no tragamos.

Un saludo a toda esa gente que le chinga diario y no hace trampa, no roba, no desmadra al compa de al lado, sonríe, dice “buenas tardes”, te atiende como lo que eres, su cliente, no alguien a quien le están haciendo un favor, y espera que las cosas mejoren, pero, además de esperarlo contribuye a que se logre.

Una mentada de madre a todos aquellos hijos de puta mentirosos, rateros, pasados de lanza, gandallas, millonarios a costa de joder al otro, asesinos, retrogradas, viciosos e ineptos que no se cansan de hacernos difícil la vida, de verdad una gran mentada de madre a esa gran familia. Un día, espero pronto, verán que no son más que nosotros.





"Monedas de tan sucias tan desdibujadas,
odioso tintineo en manos encalladas,
y son las patas de sus mulas,
si el látigo se llama hambre,
las dueñas de caminos que no son de nadie..."

No hay comentarios: