Porque ya no se puede soñar

La noche eterniza el momento en que recuerdas, incuba rostros y figuras que, al amanecer, quebrarán la realidad que te rodea.

La cotidianeidad nos corrompe y el único modo de salir de ella es trabajar por recordar; nunca olvidar el pasado para pisar firme en el presente, concientizar que estamos en un sitio prestado y que respiramos aire contaminado, ajeno, construir el futuro basados en el segundo que se aproxima, amenazante.

Tarea ardua abrazar al desencanto, volverlo parte de tu vida y, cuando haya perdido su utilidad, desecharlo, borrar con un paño las huellas digitales que se hallan plasmadas en la piel, en la tinta, en el papel que, nunca olvidarán un rostro sonriente, firme, pleno.

domingo, 25 de enero de 2009

Evolución

¿Alguien ha notado que somos una especie, evolutivamente, disfuncional?

Para empezar necesitamos muchísimo tiempo de gestación antes de salir al mundo, después se necesitan chingos de años (de doce a treinta) para que el parásito que es el niño llegue a la edad productiva y pueda hacer algo por su manada, pero ese tiempo (en porcentaje) es poquísimo antes de que el miembro se vuelva viejo e inútil (si hablamos de la fuerza bruta, de la edad madura ni hablar, se desatan los vicios, la mente barbárica y es cuando más cosas destrozamos. Para terminar tenemos un promedio de vida amplísimo, cosa que lo único que provoca es que el consumo aumente y no sea proporcional con la producción.

De verdad que no entiendo cómo hemos sobrevivido tanto tiempo, con una mente tan bárbara y en constante degradación (ah, ¿que no me creen? vean la T.V., los periódicos, etc.) parece que nuestra única capacidad nata es la de depredar y despreciar lo que nos rodea, sí, estoy generalizando, hablo de la especie per se, las honrosas excepciones son las que confirman la regla.

No hay comentarios: