Porque ya no se puede soñar
La noche eterniza el momento en que recuerdas, incuba rostros y figuras que, al amanecer, quebrarán la realidad que te rodea.
La cotidianeidad nos corrompe y el único modo de salir de ella es trabajar por recordar; nunca olvidar el pasado para pisar firme en el presente, concientizar que estamos en un sitio prestado y que respiramos aire contaminado, ajeno, construir el futuro basados en el segundo que se aproxima, amenazante.
Tarea ardua abrazar al desencanto, volverlo parte de tu vida y, cuando haya perdido su utilidad, desecharlo, borrar con un paño las huellas digitales que se hallan plasmadas en la piel, en la tinta, en el papel que, nunca olvidarán un rostro sonriente, firme, pleno.
La cotidianeidad nos corrompe y el único modo de salir de ella es trabajar por recordar; nunca olvidar el pasado para pisar firme en el presente, concientizar que estamos en un sitio prestado y que respiramos aire contaminado, ajeno, construir el futuro basados en el segundo que se aproxima, amenazante.
Tarea ardua abrazar al desencanto, volverlo parte de tu vida y, cuando haya perdido su utilidad, desecharlo, borrar con un paño las huellas digitales que se hallan plasmadas en la piel, en la tinta, en el papel que, nunca olvidarán un rostro sonriente, firme, pleno.
1 comentario:
Ok... a ver.. probando probando... Siii! Si!!!.... no pues no afoco la pantalla. Nada más para dejarle un abrazo y el deseo de que usté tampoco esté viendo claro y se entregue a Bacanales ritos con el telón de fondo de las Fiestas Navideñas. Gracias Mau pro su prosa y su poesía este año. Abrazos
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