Porque ya no se puede soñar

La noche eterniza el momento en que recuerdas, incuba rostros y figuras que, al amanecer, quebrarán la realidad que te rodea.

La cotidianeidad nos corrompe y el único modo de salir de ella es trabajar por recordar; nunca olvidar el pasado para pisar firme en el presente, concientizar que estamos en un sitio prestado y que respiramos aire contaminado, ajeno, construir el futuro basados en el segundo que se aproxima, amenazante.

Tarea ardua abrazar al desencanto, volverlo parte de tu vida y, cuando haya perdido su utilidad, desecharlo, borrar con un paño las huellas digitales que se hallan plasmadas en la piel, en la tinta, en el papel que, nunca olvidarán un rostro sonriente, firme, pleno.

lunes, 27 de agosto de 2007

Los días extraños de la gente común.

Hoy el transporte público me ofreció una buena anécdota para contar



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Cambio de guardia, algunos niños salían del colegio, otros entraban, una marabunta de uniformes café y verde (ambos a cuadros) inundaba la ciudad, sería eso un marco perfecto para las historias citadinas, cosas tan comúnes y tan corrientes que a veces olvidamos disfrutarlas.



Ya de camino para recoger a una niña a la puerta de la escuela-templo, resultó que una mariposa negra había pagado también su pasaje y nos acompañaba en el trolebus, y tal como los niños malcriados molestan los oídos de los pasajeros, esta hada vieja y con bastón le fastidiaba la vista a un par de jovencitas que iban distraídas pensando en no sé qué chaval.



-Ahhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhh- Agudo, chillón, un grito que destrozó el tímpano del pasajero de adelante que dormitaba muy a gusto sobre eje 8.



Risas, al fin y al cabo sólo era una mariposa.



-¿Dónde está?

-La tienes en el cuello- Dijo con una sonrisa el bromista extraño, desconocidoqui, de 50 años aparentes, y señaló la anatomía de la muchacha



Así es, otro grito ensordecer acompañado ahora por las carcajadas de los que, hace sólo unos segundos, venían pensando en su planeta lleno de problemas económicos, familiares o disfrutando de su felicidad.



Al descubrir la molestia que causaba, la pequeña mariposa decidió cambiarse de asiento y se fue a posar sobre unos cuantos hilos débiles, sobre lo que aparentaba una pequeña pista de baile dispuesta a ser gastada, pero no, simplemente era mi cabeza, tuve que sacudirme y aceptar que me sorprendió, era mi oportunidad de invitarle un café pero, como siempre, equivoqué la estrategia. En fin, la silueta alada se fue a la cabeza de alguien más -donde tampoco fue bien recibida- y así, prefirió con toda su dignidad quedarse revoloteando hasta llegar a la base, no se bajó así que supongo que era la pareja del conductor y me sentí apenado por siquiera pensar en hablarle un momento para consolarla por lo que -a los ojos de la jovencita asustadiza- fuera su mal aspecto.



Varias horas después, ya embriagado de una sustancia extraña que se transmite a través de la saliva, llegué al metro, y parece que algún triste muchacho decidió suicidarse unas cuantas estaciones antes, eso o -bajando el tono trágico- se ponchó una llanta de la serpiente naranja, cosa que me parece menos probable que la primera opción. Así pasaban los minutos y sin saber a ciencia cierta por qué -el polvo del hada vieja, el sabor de una tarde por demás agradable- caí en los brazos de el hombre de arena. Entre sueños, tirado en el anden como vagabundo, sólo veía como la gente se amontonaba y se acumulaba en hordas asesinas que sólo querían abrirse paso entre las tripas de la serpiente, así que decidí -no estoy seguro que uno decida esas cosas- volver a dormir. Cuando abrí por segunda vez los ojos me sorprendió, primero, el hecho de descubrir que mi mochila seguía ahí, segundo, que no tenía monedas a mi alrededor, tercero, que el camino se había despejado y que era hora de regresar a casa.



Pero no todo es tan fácil como parece, aún tendría que librar una batalla más. Además de que el metro se detuvo e hice veinticinco minutos más de lo calculado, al llegar a mi último tramo, ayude a una señora a bajar las escaleras, era una señora con bastón de unos 70 años, tenía un puesto en pino suarez, no sé exactamente de qué, pero me platicó que, a veces, les regalaba un platano partido en varios trozos a los niños que pasaban por ahí con algunas madres que a veces compraban "Ellos no saben que no hay, ellos nomás quieren y lloran". Acabó la charla y nos despedimos, no sin antes bendecirme y mandarme a casa con bien, saben que no soy en lo absoluto religioso, pero como no sentirme reconfotado cuando una persona que nunca has visto te sonríe y -te aseguro que si hubiera traido me lo daba- te da un pcoo de miel, creo que era lo que el destino me tenía preparado para esta tarde-noche.



Y hay quien se atreve a decir que la casualidad no existe.

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Y lo dijo ella:



-Estamos locos.

-Ya sé... eso dicen los demás pero yo estoy
contenta,
cómoda,
feliz,
plena (casi),
sensible,
recuerda que te quiero,
demasiado...
y que además creo que llegaste para quedarte en mi vida.



Y los pobres mortales se sintieron morir, si eso no es poesía no entiendo entonces lo que es, los pobres mortales que no comprenden que uno busca y, cuando encuentra, no está dispuesto a perderlo.



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Oigan, GANO EL SUPER JAGUAR!!!!!!!!!

sí sí al puebla pero y que?? son 3 puntos y vamos subiendo poco a poco.

8 comentarios:

Ada Pantoja dijo...

Dos hadas viejas se cruzaron en tu camino. Ambas tocaron tu cuerpo. Eso si que es fortuna.

Liz González dijo...

Respecto a las hadas negras
1) enfermedad
2) muerte
(Depende mucho por dónde entró)

Ojalá que ninguna de estás dos te pase...
Es bueno saber que regalas sonrisas al por mayor, eh!!!
Respecto a mi limousine, pues es que ya no hay mucho presupuesto cómo para darle un buen mantenimiento, y guardias de plano están echando la hueva viendo el partido de jaguares, dónde tristmente perdió el puebla... (lo siento, me gusta el camote, en buen sentido de la palabra, luego son bien mal pensados!!!)
Saluditos nocturnos!!

marianaenana dijo...

Navegando por internet y sin rumbo fijo me encuentro con que le dasn uso cuasi poético a mis conversaciones nocturnas, ¡yo, poeta! ¿quién se lo hubiera imaginado?

Recuerdo que un día andábamos por una hacienda y en el cuarto de al lado se oyó un grito: "un murciélago, un murciélago", cuando salimos, vimos que sólo era una mariposa negra...

Cicuta drinker dijo...

-Bah!
-qué
-sólo bah!
-parece que nos suponemos tantas cosas, nombnres enfermedades, cobardías.
-bah!
-sí sólo eso
-quién eres?
-el de la mano con la cicatriz
-ah! eres tú
-sí, siéntate, te extrañé
-lo sé
todos lo hicieron.

Pesadilla dijo...

Ada: No lo había visto así, será que la fortuna se vino a posar por este lado del mundo.

bmw: No te he contado que (no le digas a nadie que luego no me creen) las hadas me protegen. Y lastima, esta semana te quedaste sin camote jajajaj.

Mariana:... ¿qué te digo? Te quiero niña... ¿quién te dijo que sólo eran mariposas?

Cicuta:
-Querías decir a la mierda, querías no volver, querías verla
-NO
-Di lo que quieras, no te creo
-NO- y su mano sangró
-Tal vez ahora empiece a creerte, sientate, te extrañe
-todos lo hicieron
-casi todos...

Mr.Kennedy "Criatura cuasihumanoide insapiente" dijo...

oye q bn plan lo d l señora XD ya hay pok gente asi d feliz cn la vida...neta q bn plan XD jaja, weno, usas mucha metafora, eso a mi la nta no m late XD pero ps almenos son buenas jajaja
kmara ahi ns vemos luego

Cicuta drinker dijo...

-Mi mano no sangra, los insensatos, lo imaginana
-pero, criatura del bar, dime, qué pasó mientras dormia?
-nada
-es destino volver

El bartender dejó un libro en la mesa del mosntruo y apretó su mejilla.

-qué es esto?
-lee y comienza a desengañarte

El monstruo tomó su maleta y se fue, es hora de que viaje.

ella la que escribe... dijo...

arriba los jaguares con todo y el bofo...
y gracias por recordarnos el caótico mundo en el que habitamos, donde las mariposas se transportan en autobús y alos cuicidados en lugar de tenerles compasi´n los aborrecemos... jajaja (que hostil comentario)
pero en fin así es nuestra cuidad...
eun beso y recuerda que me gustas lacio lacio lacio...