Porque ya no se puede soñar

La noche eterniza el momento en que recuerdas, incuba rostros y figuras que, al amanecer, quebrarán la realidad que te rodea.

La cotidianeidad nos corrompe y el único modo de salir de ella es trabajar por recordar; nunca olvidar el pasado para pisar firme en el presente, concientizar que estamos en un sitio prestado y que respiramos aire contaminado, ajeno, construir el futuro basados en el segundo que se aproxima, amenazante.

Tarea ardua abrazar al desencanto, volverlo parte de tu vida y, cuando haya perdido su utilidad, desecharlo, borrar con un paño las huellas digitales que se hallan plasmadas en la piel, en la tinta, en el papel que, nunca olvidarán un rostro sonriente, firme, pleno.

domingo, 20 de diciembre de 2009

Triste historia y regaño

Tengo una historia triste que contar, pero también es un regaño.

Un bebé de tres meses es separado de su madre en una zona conflictiva de Centroamérica. Sin nadie que lo proteja, es llevado a los Estados Unidos por un mercante de niños que los venderá, claro, si no se mueren de hambre o frío antes.

Familias que creen que necesitan otro niño se acercan curiosas a ver a los pequeños y a alimentar este negocio mierda. El bebé es mostrado junto con otros cientos de niños en varios paneles para que los hombres y mujeres decidan cuál se llevarán. Al pagar, la cantidad que entregan es demasiado para los cerdos que administran el mercado, pero nada en cuanto al valor de la vida del pequeño.

Los primeros años de vida del niño son igual que los de cualquiera: comida, baño, médicos, atenciones y una buena nalgada de vez en cuando para que la educación sea la mejor. Los padres adoptivos tienen un hijo que sí es suyo, un poco más grande que el bebé comprado, y ahora nace un tercero.

Mientras los niños son pequeños todo va bien, pero con el tiempo los problemas también crecen. Algunas riñas entre los pequeños, los padres no llevan al bebé comprado de vacaciones porque "no les alcanza para todos" y a él le toca el castigo. Unos meses más tarde, los hijos verdaderos maltratan al niño comprado, éste se defiende y cuando menos se da cuenta está en la calle, con frío, hambre, violado por desconocido, pateado por todos y nadie que se apiade de él.

En su casa le enseñaron a creer en dios, así que cierra sus ojitos y le pide, aunque probablemente no responda, que lo mate y pare el dolor de una buena y puta vez.

Si tiene suerte, alguien tendrá la oportunidad de adoptarlo, y en vez de pagar por él y contribuir a ese sucio mercado, le dará una casa y el amor que requiere, en retribución, el pequeñin le entregará su vida y su lealtad. (quien lo crea necesario dele las gracias a dios)

Pero si la vida le trata como a la mayoría de estos niños, lo único que recibe son más golpes, más violaciones, y un día, en un cruce de calle, un camión lo aplastará cumpliendo su deseo. (quien lo crea necesario, también agradézcale a dios)



… ¿Aún piensas comprarle una mascota a tu hijo?

¡Por la responsabilidad en el cuidado de mascotas!

…no compres, adopta.


Y que la ignorancia no sea un pretexto!!!!!









2 comentarios:

Sybila dijo...

Auch...

Al principio creí que se trataba de un niño, pues, ser humano. Juzgué, como lector cómplice, que era una crueldad el trato recibido. Tiempo después caí en que era un cachorro. Ahora me pregunto, en estricto sentido, ¿Qué diferencia hay entre maltratar a un ser humano y un cachorro? ¿Qué nosotros somos una especie superior? ¿Qué nosotros razonamos y por ello (o contra ello) decidimos el destino de las demás especies? ¿Por ello moralmente se juzga que no es tan grave maltratar a un cachorro pero si está penado maltratar a un niño?

Estoy pensando en ello. Porque también, en estricto sentido, si llegamos a la conclusión de que todos los seres vivos tienen los mismos derechos de habitar la tierra (Y eso de "derecho" es pura invención del ser humano, los animales habitan y viven por instinto)y los seres humanos no somos más que otros seres vivos... Tendríamos que dejar en paz al ganado que nos comemos, el pollo y el pescado. Y... las plantas, porque también son seres vivos.

Estoy confundida. Entiendo la idea de la historia, y entiendo que humanamente no deberíamos hacerle daño a los seres vivos. No el daño por el daño. (Si matamos a un toro para comerlo, está justificado, si lo matamos por diversión, como en la fiesta brava, es un asco...¿Ese sería el razonamiento?)

Pero la historia me hizo pensar en estas otras cosas. ¿Por qué descansé cuando supe que era un cachorro y no un niño?

Diablos, hasta qué punto es mi visión antropocentrista...

Pesadilla dijo...

Antes que nada, muchas gracias por el tiempo, de verdad lo aprecio.

Ahora, Yo no sè cual es la diferencia entre humanos y animales, tengo la teorìa de que tanto unos como otros tienen instinto y razòn, sòlo que en niveles distintos dependiendo cada especie, no es igual de listo un alacràn que un perro ni que un delfin. Siguiendo esta teorìa, creo que cualquiera tiene derecho a matar al otro siempre y cuando sea con una razòn que responda a las necesidades básicas, es decir, por hambre o por defensa propia, cualquier otro tipo de humillación me parece absurda y un abuso. Y con animales quiero incluir aquí a los humanos.

Yo también estoy confundido, también, como animal social, a veces atento contra la vida animal, pero intento hacer lo posible por no llegar a ello. Dices "Si matamos a un toro para comerlo, está justificado, si lo matamos por diversión, como en la fiesta brava, es un asco...¿Ese sería el razonamiento?"... no lo sé, pero sí sé que matar por diversión no está bien en una escala moral de la índole que gustes y, sobre todo, no es práctico ni parte del instinto, lo cual comer sí es. Pero no poría asegurar mucho.

El pnto que quería dfeender con este post es el maltrato y el abandono animal que se sufre sobre todo en estas fechas, recuerdo que Schopenhauer decía que "Quién es cruel con los animales, no puede ser un buen hombre"