Porque ya no se puede soñar

La noche eterniza el momento en que recuerdas, incuba rostros y figuras que, al amanecer, quebrarán la realidad que te rodea.

La cotidianeidad nos corrompe y el único modo de salir de ella es trabajar por recordar; nunca olvidar el pasado para pisar firme en el presente, concientizar que estamos en un sitio prestado y que respiramos aire contaminado, ajeno, construir el futuro basados en el segundo que se aproxima, amenazante.

Tarea ardua abrazar al desencanto, volverlo parte de tu vida y, cuando haya perdido su utilidad, desecharlo, borrar con un paño las huellas digitales que se hallan plasmadas en la piel, en la tinta, en el papel que, nunca olvidarán un rostro sonriente, firme, pleno.

viernes, 26 de octubre de 2007

Recuperando el humor

Hola banda, esta ocasión también anduve muy carrereado en la semana pero me dio tiempo de escribir algo, ojalá que les guste y bueno, nos andamos leyendo y no olviden visitar Da Pub en el primer vínculo de esta página, hasta pronto.

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Aún no cambio de piel, escamas
viejas y tristes recorren mis poros.
Ya no puedo cambiar, ya no quiero escribir
hasta no asegurarme que escuchas
los silencios que te escribo.

Tiempo atrás tuve un sueño, una
montaña de sonidos, dinamita
en la garganta terrible
fabricada por tantos dioses muertos.

Soy tu creación y existo
porque tú existes, lloro porque duermes
y huyo de ti mismo.


Me volví una idea sin cerebro
vagabunda célula de un sentimiento
derrumbado en tus párpados agotados.

Ciclos purpúreos cristalinos, un suspiro
que va y viene de mis dedos
a tu boca, consumada cobardía.

¡Acaba todo aquí? Noche tras noche
renace tu cuerpo en mi nombre
y sangra mi ancla al invocar tus pies.

Mis llagas circulares
recorren tu espalda, tu cintura;
tu yo y mi tú que espera
impasible la alondra fugaz.

Obstruye tu esencia la libertad
que ansía, obstruyen mis muertos
el ímpetu de volver a coser los labios
con hilo de plata.

Descubro la piel de nuez,
hermético bronce, ríspido tacto,
retraído interior que pide auxilio
a su navegante amor.

Si me aventuro a disecar un gorrión,
mis uñas saldrían huyendo
de mi ombligo centro de inocencia.

Vuelve a tu mar de anhelos
fantasma pirata aliento de azar,
piernas largas de ébano gris.

Conquista la tierra que tiene
tu huella, conquista el cielo que guarda
tu grito, conquista la tumba
que te ha de esperar.

Mientras tanto, contigo, esperaré
el oleaje, aguardaré paciente
que me lleve la mar.

Tu sangre que se vuelve tinta
la derramo en mi pálida piel
mientras mero de ganas
de morirte en mis brazos.

1 comentario:

Karina dijo...

Estás mal. Estoy mal. Es el frío. ¿Es el amor?. Es que somos jóvenes e ingenuos. Un poco tontos. Creemos en lo bello y tú lo has dicho: basta con ver el mundo. O algo así. Tú me entiendes.

Son los amores eternos, que duran... Tú sabes cuánto. Así que Mau, te recuperarás en la primavera.

No, es que tenemos por corazón un infierno. ¿Así es la vida? ¡Ah! Podría ser más aburrida. ¿Qué es peor?

Exageramos.