Porque ya no se puede soñar

La noche eterniza el momento en que recuerdas, incuba rostros y figuras que, al amanecer, quebrarán la realidad que te rodea.

La cotidianeidad nos corrompe y el único modo de salir de ella es trabajar por recordar; nunca olvidar el pasado para pisar firme en el presente, concientizar que estamos en un sitio prestado y que respiramos aire contaminado, ajeno, construir el futuro basados en el segundo que se aproxima, amenazante.

Tarea ardua abrazar al desencanto, volverlo parte de tu vida y, cuando haya perdido su utilidad, desecharlo, borrar con un paño las huellas digitales que se hallan plasmadas en la piel, en la tinta, en el papel que, nunca olvidarán un rostro sonriente, firme, pleno.

martes, 30 de octubre de 2007

Estridentes

Hey banda, lean por favor a los estridentistas, la única vanguardia mexicana, "La señorita etcétera" y "Pentagrama eléctrico"

La vems y ahí les dejó algo, cómo dijo Kari, será el invierno o será que estamos locos, saludos.

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Olvide que la poesía
era el mito de un estigma
que abre heridas noche y día
que abre llagas en la rima,
que oculta humana sustancia
que invade almas ya perdidas
que te extraña en la distancia
sutura nuevas heridas.

La poesía me aborrece
¡A mí! su indigno portavoz
aunque ya no me apetece
repetir un triste adiós,
busco lo pueril sencillo
ingenuo enfermo cazador
no más sangre del novillo
y ejecuten al toreador.

Su sonrisa me recuerda
tus maleducados modos
y provoca que me pierda
en aquella forma atroz,
de poesía son sus trazos
aire el silencio que calló
de mutismo sus insultos
de azúcar quien me entregó.

Sus muertos son de carbón
y mis vidas de papel
sus demonios de cartón
mis ángeles no tienen piel,
mis pinturas de colores
se diluyen en sus hojas
otoñales de tambores
sacudidos por alondras.

Olvide qué es la poesía
hablando a ella y de su mundo
olvide que ya no es mía
y me quedo moribundo,
y el recuerdo se acrecenta
y me muero poco a poco
puedo ver mi alma ya muerta
mientras silencio te invoco.

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