Porque ya no se puede soñar

La noche eterniza el momento en que recuerdas, incuba rostros y figuras que, al amanecer, quebrarán la realidad que te rodea.

La cotidianeidad nos corrompe y el único modo de salir de ella es trabajar por recordar; nunca olvidar el pasado para pisar firme en el presente, concientizar que estamos en un sitio prestado y que respiramos aire contaminado, ajeno, construir el futuro basados en el segundo que se aproxima, amenazante.

Tarea ardua abrazar al desencanto, volverlo parte de tu vida y, cuando haya perdido su utilidad, desecharlo, borrar con un paño las huellas digitales que se hallan plasmadas en la piel, en la tinta, en el papel que, nunca olvidarán un rostro sonriente, firme, pleno.

jueves, 7 de enero de 2010

Elfuturo vs yo

Bien, no tengo mucho que decir, sólo que me re patea las pelotas lo efìmero que parece ser el futuro. Es decir, no tengo nada en contra de la tecnologìa, de la velocidad, del ànimo dinàmico y enteramente fugaz de lo que se avecina; existirà y aprenderè a convivir con ello, pero sì me molesta, y mucho.

Por ejemplo, twiter, se han hablado mil y una de sus ventajas, y no las pongo en duda ni por un segudo, sintetizar el lenguaje es adecuado cuando es necesario economizar y llegar de forma veloz a un pùblico, pero vamos, bytes sobran ¿por què preferirìa yo escibir 140 caracteres cuando la idea que tenga ocupa 25 mil?

A veces creo que hay muchas discusiones que debemos tomar con cierta tranquilidad, sentarnos un poco a reflexionar, pero hemos abusado indiscriminadamente de las herramientas que tenemos a nuestro alcance (y es perfectamente comùn en una sociedad reprimida como la nuestra); sin embargo, aún tengo fe en que es un estado pasajero, que la velocidad con que se nos olvidan las cosas dará paso al siguiente estado de pensamiento de la humanidad, el cual será un agradable periodo de comprensión y relajación intelectual, en el que las cosas vayan lento y podamos apreciar lo bello de cada idea.

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