Porque ya no se puede soñar
La noche eterniza el momento en que recuerdas, incuba rostros y figuras que, al amanecer, quebrarán la realidad que te rodea.
La cotidianeidad nos corrompe y el único modo de salir de ella es trabajar por recordar; nunca olvidar el pasado para pisar firme en el presente, concientizar que estamos en un sitio prestado y que respiramos aire contaminado, ajeno, construir el futuro basados en el segundo que se aproxima, amenazante.
Tarea ardua abrazar al desencanto, volverlo parte de tu vida y, cuando haya perdido su utilidad, desecharlo, borrar con un paño las huellas digitales que se hallan plasmadas en la piel, en la tinta, en el papel que, nunca olvidarán un rostro sonriente, firme, pleno.
La cotidianeidad nos corrompe y el único modo de salir de ella es trabajar por recordar; nunca olvidar el pasado para pisar firme en el presente, concientizar que estamos en un sitio prestado y que respiramos aire contaminado, ajeno, construir el futuro basados en el segundo que se aproxima, amenazante.
Tarea ardua abrazar al desencanto, volverlo parte de tu vida y, cuando haya perdido su utilidad, desecharlo, borrar con un paño las huellas digitales que se hallan plasmadas en la piel, en la tinta, en el papel que, nunca olvidarán un rostro sonriente, firme, pleno.
4 comentarios:
Aspirar a tener eso que queremos.. no importa si lo hemos tenido o no... nada escapa de nuestros deseos..
Mmm... pero también podemos desear eso que ya tuvimos...
Más bien deseamos lo que está ausente. Lo conozcamos o no...
¿no?
MIN: No sé, creo que si ya lo has tenido en tus manos ya no lo deseas, lo extrañas, te obsesionas, lo quieres, no sé, buena reflexión.
Sibila: Nunca te ha pasado desear lo presente ajeno?
Ahhhh chicas, me dejan muchas cosas que pensar
muy cierto y...caprichoso, típico del ser humano. el deseo corrompe y alimenta.
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