Porque ya no se puede soñar
La cotidianeidad nos corrompe y el único modo de salir de ella es trabajar por recordar; nunca olvidar el pasado para pisar firme en el presente, concientizar que estamos en un sitio prestado y que respiramos aire contaminado, ajeno, construir el futuro basados en el segundo que se aproxima, amenazante.
Tarea ardua abrazar al desencanto, volverlo parte de tu vida y, cuando haya perdido su utilidad, desecharlo, borrar con un paño las huellas digitales que se hallan plasmadas en la piel, en la tinta, en el papel que, nunca olvidarán un rostro sonriente, firme, pleno.
viernes, 28 de septiembre de 2007
Ahoguémonos abrazando la luna
creo q ya me gusta de nuevo la escuela... mas o menos
****************************
Nací cuando no me necesitaban,
cuando, como ahora, eras Gloria divina,
celestial pelo en plata, gigante, impasible.
Nací cuando no me necesitaban,
cuando la miel del panal
se derramaba por tus ojos
y no tenías más de veintiocho.
Nací cuando no me necesitaban,
cuando aún tenías sueños de milicia,
de lectura, de vida, de niño.
Nací cuando no me necesitaban,
cuando tu andar comenzaba,
cuando aún tenías corazón y no habías tomado el mío.
Nací cuando no me necesitaban,
cuando, para que aquellos extraños sonrieran,
no tenía yo que haberte sonreído.
Nací cuando no me necesitaban,
cuando el cielo era roca
y la roca cielo destruído.
Nací cuando no me necesitaban,
cuando los libros seguían siendo libros
maltratados por la muerte furiosa.
Nací cuando no me necesitaban,
cuando todas las épocas eran las mismas,
cuando la tierra me esperaba muerto.
Nací cuando no me necesitaban,
cuando ya me apresuraba el silencio,
oscuro y despierto,
cuando no me necesitaban...
¡Pero he nacido!
*********************
saludos
martes, 25 de septiembre de 2007
Mito, literatura antigua
*****
LA BATALLA DE PEJECÓATL Y CALDERONPOCHTLI
Pejecóatl había nacido de la cabeza de su padre, Chachalacatiuh, dios del Sol, y Calderonpochtli era hijo de Foxportilshautli, dios de la lluvia.
Desde el momento en que nacieron, el destino de los dos era claro: ninguno de los dos podría vivir mientras el otro no estuviera muerto, y el que viviera sería el dios supremo y regiría a toda la humanidad.
Pejecóatl y Calderonpochtli solían pelear cada que se presentaba la ocasión. El odio que sentían el uno por el otro era tan grande, que con simplemente cruzar miradas, el cielo ennegrecía, caían relámpagos y sonaban truenos, y la tierra se estremecía por completo. Toda la humanidad estaba conciente de que el día que pelearan a muerte, el mundo estaría en peligro de ser destruido.
Un día, después de regresar de una encarnizada batalla con Calderonpochtli, Pejecóatl pidió a su padre que le ayudará a vencer a tan fiero enemigo, a lo que su padre respondió que la única ayuda que le podía ofrecer, era un mazo muy poderoso, pero que si no sabía hacer buen uso de él, perdería la batalla.
Por su parte, Calderonpochtli también había solicitado la ayuda de su padre, quien le dijo que toda la ayuda que le podría ofrecer, era un escudo muy resistente, pero que había un arma que lo podía romper, y, por desgracia, ésta le pertenecía a Chachalacatiuh, el padre de Pejecóatl. Calderonpochtli le dijo que no habría problema, ya que Pejecóatl no era muy hábil en el uso de armas, y que fácilmente podría derrotarlo.
Pejecóatl se preparó para la batalla que decidiría el destino de la humanidad: se puso su ya maltrecha armadura, tomó uno de los escudos más resistentes de su padre, y, finalmente, el magnífico mazo, que se colgó en la espalda. Al mismo tiempo, Calderonpochtli se preparaba también para la batalla, llevando consigo una armadura completamente nueva, hecha con pieles de cientos de jaguares y hechizos de los dioses más allegados a él, un enorme mazo, recién hecho con madera de encino e incrustaciones de obsidiana recién tallada, y el escudo que su padre le había dado.
Pejecóatl y Calderonpochtli se encontraron en el prado de Trifeztlán, el lugar sagrado donde todo dios debía probar su valor y su fuerza con el fin de ser aceptados como dioses legítimos. El dios perdedor, sería reconocido como el dios ilegítimo, siendo éste el titulo más degradante entre los dioses.
Pejecóatl y Calderonpochtli se miraron mutuamente por unos instantes, y entonces, Calderonpochtli atacó. Un fuertísimo estruendo retumbó en todo el universo al recibir Pejecóatl el impacto con su escudo. Calderonpochtli volvió a atacar, aunque ésta vez con un poco menos de fuerza. Pejecóatl aprovecho un momento de vulnerabilidad de Calderonpochtli y dirigió un fuerte ataque del mazo a su cabeza, pero alcanzó a interponer su escudo, el cual pudo resistir el impacto del mazo, aunque se agrietó un poco.
Calderonpochtli notó esta grieta en su escudo, por lo que decidió atacar incesantemente a Pejecóatl hasta que el escudo de éste quedó hecho añicos. Pejecóatl estuvo a punto de recibir dos impactos directamente en la cabeza, pero logró esquivarlos por muy poco.
Calderonpochtli se desesperó y lanzó ataques a ciegas, por lo que Pejecóatl pudo ponerse a un lado suyo y atacó con el poderoso mazo que le habían otorgado, impactando el escudo de Calderonpochtli y haciéndolo pedazos. Calderonpochtli quedó algo aturdido y Pejecóatl atacó de nuevo, impactando directamente en el pecho de Calderonpochtli, quien quedó algo herido. Pejecóatl volvió a atacar tres veces más, dejando tirado a Calderonpochtli. Pejecóatl había ganado la batalla, y era ahora el dios legítimo, y quien regiría al mundo… Pero, a sus espaldas, Calderonpochtli se puso en pie, y haciendo uso de todas sus fuerzas, propinó a Pejecóatl un golpe extraordinariamente fuerte en la cabeza, dejándolo tirado, inconciente. Calderonpochtli era ahora el dios legítimo que gobernaría a la humanidad por los siguientes seis milenios. Sin embargo, Pejecóatl y su padre no lo reconocían como dios legítimo, ya que había perdido primero, y sin saber cómo, había obtenido más fuerza y lo había atacado por la espalda, acción que era completamente inaceptable entre los dioses, por lo que, desde en ese momento, Pejecóatl juró venganza y proclamó a los cuatro vientos que Calderonpochtli era el dios ilegítimo, y que no merecía gobernar a la humanidad.
Pero eso no importaba, ya que después de tan fiera batalla, la humanidad había quedado diezmada y desmoralizada, por lo que no tenía caso dirigirla ya: los hombres eran inservibles e ignorantes, y cualquier cosa que alguno de los dos intentara hacer para cambiar eso, sería un esfuerzo inútil y mal correspondido.
El odio que Pejecóatl y Calderonpochtli se tenían provocaría que, un día, se enfrentaran de nuevo, siendo ésta la batalla en la que alguno de los dos muriera, y aquella feroz batalla sería el único recuerdo que la humanidad conservara, hasta ser aniquilada por completo de la faz de la tierra.
Sigue nevando
**************
La poesía no se trata de palabras,
la poesía es de siencios
asesinos que juegan
a esconderse de la muerte.
Quiero que te calles en tu silencio,
que no hagas ruido cuando mires
y que no castigues cuando beses.
Quiero que tu silencio sea mi alido,
mi pretexto, mi cuaderno y mi canción.
Quiero que te calles en tu silencio,
que grites en sueño,
que sangres ya muerta.
Quiero que tu silencio se acabe
en mi boca, se coma mi garganta,
abarque la tierra, se vuelva mi llanto,
mi silencio.... y mi voz.
*************************
vean www.tva.com.mx un proyecto de portal con noticias y entretenimiento, hecho por y para jovenes soportado por EL UNIVERSAL y bueno ahi ando colaborando un poco.
No olviden visitar DA PUB y leer a Mighty Mau, muchas gracias por apoyarnos!!!!!!!!!
Hey y tú, sí, tú, deja lo que se que estás haciendo y cierra los ojos paar ver la luna llena...
miércoles, 19 de septiembre de 2007
Que la historia nos condene
Al parecer -¿Quién no se ha dado cuenta?- existe en la ciudad de México un descontento respecto a la situación actual que se vive, el más claro indicador de esto fue el momento oficial que se presentó el 15 de septiembre de 2007 a la hora del grito de la independencia. A diferencia de otros años, en el primer grito que dirigió Felipe Calderón Hinojosa; presidente actual de la nación, el poco movimiento, la apatía de seguir a nuestro representante nacional y el desgano popular fueron la vara con la que se midió la poca aceptación que tiene el mandatario, al menos en la gente que acudió al Zócalo a observar los tres diferentes gritos que ahí se presentaron; un momento al que estábamos acostumbrados a la euforia, a desgarrar las gargantas y a presentar nuestra mejor cara, se convirtió en un acto de presencia, sino obligada, forzada. Esto no sólo muestra el descontento social ante las políticas actuales, también exportan a los ojos del espectador-ciudadano un macrocosmos que se niegan a observar los que permanecen en sus cúpulas de poder, de dinero o de nacionalismo subjetivo. Los motivos parecen ser más que claros: el llamado “fraude electoral” del dos de julio en las elecciones presidenciales pasadas, el aumento en la gasolina y la “ley televisa” parecen ser el indicador principal (y actual) de la inconformidad que se mostró el día en que se celebra la promulgación de la independencia.
¿Qué representa esto? ¿Cómo enfrentarse como parte de la organización civil ante un conflicto de tal tamaño? ¿Cómo la política actual puede recobrar la unidad ciudadana, al menos en la parte nodal que es la celebración de la independencia de nuestro país? Quizá cualquiera de las respuestas a estas preguntas sean demasiados complejos para exponerlas en tan corto espacio, pero el punto es mostrar la forma en que la sociedad inconforme busca levantar la voz ante un mal manejo gubernamental. No sólo el presentarse con la peor cara –y no lo estoy juzgando, sólo expongo lo que se alcanzó a observar- a un acto oficial es una manera de mostrarlo, hay otro indicador importantísimo: el futbol.
El 12 de septiembre, siete de la noche, el país está detenido, una cantidad básicamente nula de automóviles transitan la ciudad y los que lo hacen (incluyendo el transporte público) traen la radio encendida para escuchar el partido contra Brasil, todos cantan el himno al unísono, nadie se pierde un segundo del acontecimiento venidero, perdemos (el aficionado también juega), perdemos y al otra día a comentar las paradas de Ochoa, el error de Márquez, etc., la empatía que se genera no tiene igual, el sentimiento de angustia por el bienestar de un país depende de 11 jugadores que buscan introducir un balón en la portería contraria.
Para el 15 de septiembre, once treinta de la noche, sobre las avenidas más importantes de la ciudad aún hay autos que van hacia sus hogares, gente trabajadora que quiere llegar a un buen momento de convivencia familiar y disfrutar de una cena tradicional, desde los que aún tienen capacidad de hacer un rico pozole y tostadas, hasta los que cenan huevos con frijoles, típica cena mexicana; la televisión, con su línea editorial confusa, presenta lo que le gusta o conviene y eso es lo que nos dan a los que intentamos observar el movimiento social en nuestro país, un recorte al grado de evitar tomar la plancha con gente descontenta y presentar la bandera junto a los fuegos artificiales, adornos y más adornos, de eso depende la estabilidad del país el día del grito de la independencia.
Por supuesto no son suficientes estas dos situaciones para explicar la gravedad del problema que vivimos ahora, pero son un buen comienzo ¿Usted qué opina? ¿Es capaz de medirse la problemática de un país a través de fenómenos extra-políticos? ¿Qué tan grave podemos considerar que este haya sido el grito más apagado que hemos tenido en mucho tiempo? La problemática expuesta aquí no se pretende que sea política sino social y desde ahí es desde donde podemos opinar con más autoridad.
jueves, 13 de septiembre de 2007
Nostalgia por aquellos días malos
Mejor dejaré que hoy el mundo se destruya como prefiera, con besos o con gritos, de esos que quiebran las ventanas y eternizan los momentos.
Aquí algo que hice hace tiempo, me guta mucho pero si metanle sus zapes para dejar de ver al hijo prodigo como el vagabundo que es.
Busco en el armario un zapato izquierdo
negro, una mezclilla que cubra mis verdes piernas
olvidadas, quince minutos
para rezar a un dios que no conozco.
Sé que necesitas encontrar en el armario
un suspiro que te vuelva el aliento,
una crema para borrar las arrugas
y el tacón rojo, derecho, retirado.
Buscamos en el armario nuestra personalidad,
nuestra alma encajonada, neutra al clima,
mientras el segundero va en reversa
y el diablo regatea minucias con la letra.
Volteas de pronto al escritorio desolado,
lo compadeces al tiempo que admite
su error cardinal, temeraria brújula
que carga en sus hombros la posición
geográfica, culpable de la ignorancia
en seis cuadros, dos hemisferios.
¡Mientras recuestas la nuca en la almohada,
el hilo carmesí te besa y recorre,
te agota y exalta la culpa,
plegaria sentimental, remedo romántico!
Te invito a traicionarme, me invitas
a minimizar tu valor, la ausencia
nos separa, mas el vituperio nos enreda
en la cama, en el altar, en la Tierra, en la tumba.
Te he olvidado falsamente, últimas líneas
al aprecio subestimado, primera lágrima
a la alegría, también falsa, obscura,
igual que el olvido, aletargada, pero alegre.
Una lengua decimonónica se traba al nombrarse,
trabalenguas, adivinanza de saliva
cristalina, espesa, radical e inteligente
ante el murciélago que irrumpe la habitación.
La puerta se abre al compás de ventana,
agitado segundo, esperado reflejo;
Te ves proyectado en sexo contrario, cambio
de género, sonrisa a primera vista,
instante en que el aliento vuelve a casa.
Quiero enseñarte a pecar intensamente,
producirte el dolor de separarte a una verdad
desconocida a la virtud, no quiero hablarte
sobre música y literatura, prefiero robar,
secuestrar y entregar tu cuerpo a la decisión.
Enfrenta que no hablo de un "tú" ni de "mí",
no estoy buscando, ni ofreciendo un "para ti",
tengo un baúl lleno de vacíos, abierto
a la clausura y enterrado en la habitación.
Busqué y busqué, crecí dentro de un cajón,
revolví mis prendas invisibles, de fábulas,
de mitos, prendas de seda y algodón,
tan mortales como yo, tan tristes.
Cierro la puerta del armario, levanto
bajo, ladeo la vista, me he resignado
a no encontrar una llave, he confundido
mi reflejo, acepto el error y comienzo
a morir de forma lenta, dentro del armario.
lunes, 10 de septiembre de 2007
Prefiero no despertar aunque parece inevitable
me ha funcionado hasta ahora, espero que siga así
************************
No sé si es cierto lo que he visto o es el efecto de una droga.
¡Qué bien! Hoy todo es tan distinto... parece que el mundo funciona.
La gente ya no siente miedo, las sombras tienen mil colores,
el viento barre los problemas y en las pistolas crecen flores.
Y es que es tan alucinante que hace días que no duermo.
Por si acaso al despertarme veo que todo ha sido un sueño.
Porque nacemos indefensos nos dan un nudo en el ombligo,
luego nos quitan nuestros sueños y nos confunden en el camino.
Maldigo a todos esos locos que quieren gobernar la vida
sin las palabras del poeta y sin las manos del artista.
Y es que es tan alucinante que hace días que no duermo.
Por si acaso al despertarme veo que todo ha sido un sueño.
Platero y Tú
*****************************
Definitivamente no extrañaba sentirme mal...
domingo, 9 de septiembre de 2007
Caminando por la ciudad
¿Por qué amo y odio la ciudad de México? Es una pregunta muy compleja, tal vez ni siquiera se pueda responder, pero tal vez unas imágenes urbanas me ayuden un poco (no se dejen asustar por el partido de fut que después se pone mejor).
Sábado por la mañana, 9 a.m. (madrugada para ser sábado), preparar el uniforme y salir rumbo al sur, día nublado, un poco vacío, pero eso es siempre una ventaja considerando el tránsito tan pesado. Llego a mi destino y ya me esperan, hasta me apresuran porque vamos un poco tarde, esperamos al resto del equipo (la porra también cuenta) y nos encaminamos hacía un lugar donde habita gente extraña, extrañísima, vamos rumbo a Coapa, el Satelite del sur. Llegamos a las canchas y sigue nublado, poco a poco se juntan los básicos siete para entrar al juego (hubiéramos tenido un cambio si las cervezas y el whisky no le hubieran impedido al goleador llegar). Primera jugada y un tremendo golpe en la rodilla, a jugar lesionado, duro, como debe ser, dicen que la frase de cabecera de un defensa es “O pasa el jugador o pasa el balón, nunca los dos” y la verdad es que la bola es más redonda y veloz que yo así que…
Muchas porras, muchos goles, sudar la playera como suelen decir, pero como las cosas buenas terminan, el arbitro pita el final. Salir, comentar el juego y el hambre acecha, a desayunar unos deliciosos tacos de carnitas, consuelan un poco el dolor del choque en la rótula. Ya con la barriga llena el mundo es diferente, ahora sí, a lo que sigue.
Llega la banda y se va la porra -las veremos más tarde-, se comenta la semana, saludos agradables y a comenzar a escribir historias de gnomos, hombres-rata, humanas locas, veneno en la comida y todas esas cosas que permite el mundo medieval y cinco horas de gusto por estar con los amigos compartiendo un hobbie.
La historia termina con un final semi-feliz ya que continuará la próxima semana, así que es hora de ir a comer, pero el destino interrumpe (siempre tan oportuno y con buenas noticias). A los ángeles les gusta el café y que los consientan así que a emprender la jornada al cielo para robar un pedazo de él.
Uno andando por caminos que desconoce merece una brújula, pero cuando hay dos nortes es verdaderamente complicado tomar una buena decisión. Tengo que llegar a una calle pero hay dos con el mismo nombre a sólo un par de kilometros de distancia, así que, ignorando el terreno, tomo la decisión equivocada y termino lejísimos de donde iba, pero uno no se rinde así que de vuelta, ahora sí, con la decisión correcta. ¿Está de más decir que uno siempre tiene buenos compañeros que ayudan? Pues no ni lo estará, es un alivio sentirse respaldado.
Llego a la televisora, donde parece que la gente sonríe porque le pagan por ello y no porque realmente tenga ganas de hacerlo, así que evito mirarla y sigo mi andar, me siento un poco mal por pensar que hay quien vende sus sentimientos y sus ojos “Sólo los cobardes no lloran”. Paso de una obra faraónica a otra, funcionales sí, pero destructivas y construidas de cemento que quería ser escultura, del segundo piso del periférico a la ciclopista. Voy al número $&=, fácil, está el #”( frente a mí y parece que si voy a la izquierda iré subiendo… ¡Oh sorpresa! Sigue el ¡%”%, aunque después dice $”/, entonces supongo que no es tan grave. Avanzo, avanzo, avanzo y algo me dice que está todo mal, ya obscureció y dejó de haber viviendas, ahora sólo hay fábricas y pocos automóviles, decido caminar un poco más (¿Sartre? Sí, creo que Sartre decía que una ciudad sólo se puede conocer caminándola, y qué razón tenía, sólo que no contaba con que la ciudad de México es incaminable), llego de nuevo a donde hay viviendas, pido orientación y la respuesta del encuestado me sorprende “Sí es por aquí, pero la neta te recomiendo que te vayas por la ciclopista” es entonces que me doy cuenta en el lío y en la colonia que estoy metido, veo a lo lejos unas vías del tren y –aunque no me crean- un túnel oscuro con una luz al final; es tiempo de volver, llevo una hora vagando y el cielo aún no se ve ni cerca, en efecto, me fui al lado contrario. Contra todo mi orgullo marco por el celular y me declaro oficialmente perdido, recibo un poco de ayuda y sólo observo que tan mal estoy. Como sea, uno no se puede rendir así de fácil, a borrar las huellas y volver los pasos andados que lo único que no es válido es quedarse estático.
Decido que algunas herramientas serán necesarias: a tomar el camión (el transporte público en el DF es maravilloso y terrible pero esa es otra historia y debe ser contada en otra ocasión) me lleva sólo un par de cuadras, pero está bien, un pago justo por un servicio justo. Una hora con veinte minutos después, gracias a la numeración y a no hacer caso de mis instintos –cosa que tengo prohibido hacer de nuevo-, llego al anhelado Decido que algunas herramientas serán necesarias: a tomar el camión (el transporte público en el DF es maravilloso y terrible pero esa es otra historia y debe ser contada en otra ocasión) me lleva sólo un par de cuadras, pero está bien, un pago justo por un servicio justo. Una hora con veinte minutos después, gracias a la numeración y a no hacer caso de mis instintos –cosa que tengo prohibido hacer de nuevo-, llego al anhelado Decido que algunas herramientas serán necesarias: a tomar el camión (el transporte público en el DF es maravilloso y terrible pero esa es otra historia y debe ser contada en otra ocasión) me lleva sólo un par de cuadras, pero está bien, un pago justo por un servicio justo. Una hora con veinte minutos después, gracias a la numeración y a no hacer caso de mis instintos –cosa que tengo prohibido hacer de nuevo-, llego al anhelado Decido que algunas herramientas serán necesarias: a tomar el camión (el transporte público en el DF es maravilloso y terrible pero esa es otra historia y debe ser contada en otra ocasión) me lleva sólo un par de cuadras, pero está bien, un pago justo por un servicio justo. Una hora con veinte minutos después, gracias a la numeración y a no hacer caso de mis instintos –cosa que tengo prohibido hacer de nuevo-, llego al anhelado $&= de la calle a la que iba, toco la puerta, espero un poco y sí, ahí era, los ángeles están listos después de los deberes para ese café que necesitan. Lo que sigue, bueno, es tan bueno que no lo comentaré, las palabras a veces no son suficientes para describir el bienestar, dicen que las cosas buenas no son motivos de discusión; no hay café pero hay alegría, donas, sonrisas, manos, mejillas y ánimo (aunque la energía esté un poco acabada). La autoridad (no, los puercos no, hasta creen, una autoridad de a de veras, de esas que en verdad valen la pena) me da un gesto de afecto y amabilidad incomparable, me saca de la zona desconocida y me deja en un islote flotante con navíos directo a= de la calle a la que iba, toco la puerta, espero un poco y sí, ahí era, los ángeles están listos después de los deberes para ese café que necesitan. Lo que sigue, bueno, es tan bueno que no lo comentaré, las palabras a veces no son suficientes para describir el bienestar, dicen que las cosas buenas no son motivos de discusión; no hay café pero hay alegría, donas, sonrisas, manos, mejillas y ánimo (aunque la energía esté un poco acabada). La autoridad (no, los puercos no, hasta creen, una autoridad de a de veras, de esas que en verdad valen la pena) me da un gesto de afecto y amabilidad incomparable, me saca de la zona desconocida y me deja en un islote flotante con navíos directo aamp;= de la calle a la que iba, toco la puerta, espero un poco y sí, ahí era, los ángeles están listos después de los deberes para ese café que necesitan. Lo que sigue, bueno, es tan bueno que no lo comentaré, las palabras a veces no son suficientes para describir el bienestar, dicen que las cosas buenas no son motivos de discusión; no hay café pero hay alegría, donas, sonrisas, manos, mejillas y ánimo (aunque la energía esté un poco acabada). La autoridad (no, los puercos no, hasta creen, una autoridad de a de veras, de esas que en verdad valen la pena) me da un gesto de afecto y amabilidad incomparable, me saca de la zona desconocida y me deja en un islote flotante con navíos directo a mi destino; las despedidas son tristes cuando hay tiempo, pero esta se observa normal, cotidiana, con insurgentes encendida y los bares listos para recibir a la gente, así que me voy, quiero, agradezco y es momento sano de decir “hasta pronto”.
Subo en uno de los peseros y pregunto si me lleva a mi destino, me contestan de una manera común “yo te aviso” y de una manera común, no me avisan. Me bajo en División del Norte y Miguel Ángel de Quevedo, me dicen “está aquí a dos cuadras para allá y una para adentro” dudé y dudé y dudé, pero pensé que como no conocía muy bien, estúpido hazle caso a tus instintos que gritaban, era otra forma de llegar, así que seguí las instrucciones y sólo le di la vuelta a la manzana, sin un centavo en la bolsa decido pasar al cajero para tomar el camión de vuelta mas está vez me hago caso y no entro, eso y mi intuición periodística que me decía que los carnales parados en la puerta del banco no eran confiables, me sigo y decido caminar, no puede estar tan lejos el centro de Coyoacan… gravísimo error, sí está lejos. Camino, ya frustrado, cansado, con hambre y la verdad, encabronadísimo porque me vieron la cara de pendejo… la frente y casi las nalgas, voy soltando maldiciones y me decido calmar si no todo será peor.
Cruzar una calle no debe ser complicado para nadie, menos si tiene el semáforo en verde, pero un simio con licencia y una camioneta silenciosa me ataca por la espalda, suerte que llevo mochila y me golpea justo ahí, casi me tira… bueno, casi me atropella de no ser porque recogí las piernas, si no seguro estaría, de menos, en el hospital. La verdad, la verdad, no es que me haya espantado, me cagué de miedo y el hambre se fue, pero el mal humor, la frustración y las mentadas de madre volvieron; continuo mi andar, ya voy demasiado lejos como para rendirme ahora. Me doy cuenta que tengo vistas nocturnas, un trío de jóvenes echándose un gallo, normal, no pasa nada, hasta que se forman en un triangulo amenazador que no me inspira nada de confianza “con una chingada, lo que faltaba” me alisto para sacar mis cosas dárselas, que se vayan y pegarle unos madrazos al poste –todo antes que vomitar bilis, que horror- pero la casualidad se apiada de mí, me piden un tabaco o un varo, les doy mis últimos 50 centavos y me voy, aún más paniqueado. Ya, camino sin observar, me acuerdo de Sartre y le mando una mentada de madre hasta su tumba. Vuelta a la derecha y ya se ve el caos vial, estoy en el centro de Coyoacán, por fin. Subo las escaleras y ahí están, como siempre, esperándome con una sonrisa, un abrazo y una cerveza, platico mi día y es hora de irse temprano “Lo bueno es que estás vivo para contarlo, ahora ya te puedes cagar de la risa” supongo que podré, pronto, cuando la neurosis lo permita. Llego a otra de mis casas, al menos –gracias ñero- así me hacen sentir, la Canela armó un desmadre, el humor se apaga por un momento y me siento un poco culpable de estar ahí, pero prefiero ayudar en lo que se pueda. El día fue hermoso y horrible, estoy muy cansado, muy tenso y me voy a dormir, esta vez abandono las chelas y la madrugada para descansar.
Domingo en la mañana, a ver a la abuela que está enferma (ojalá pronto se recupere), aviso al castillo –de una forma al parecer impropia- que no asistiré y me voy. Llego y ya saben como son las abuelas, siempre amor caminando, pasa la tarde sin sobresaltos, una agradable cotidianeidad de ese hogar. Le gano 10 varotes a mi jefa y a mi abuela en el domino y en el conquián, suficiente para pasajes del día siguiente. Llegar a mi casa –que relativo, pero no, esta es donde vivimos mi mamá y yo- y a revisar correo, pendejear en internet y…¡Zaz! Ya la cagué, hice una estupidez y no me di cuenta, espero resolverla pronto ya que lo que está en juego es una de las cosas más valiosas que tengo en la vida, hago lo que está en mis manos, no sé hacer otra cosa y bueno, esa es otra historia y debe ser contada en otra ocasión; es hora de dormir, de pensar, de pedir perdón y desear con el alma que las cosas que uno tiene no las pierda hasta que sea el momento (haré lo posible para que ese “mometo” se alargue)… no, no tengo un final, no lo quiero tener, como dicen por ahí “A descansar al panteón”.
¿Por qué amo y odio la ciudad de México? La odio porque es un caos, pero me siento identificado con ella, no me odio, pero la empatía es profunda y no hay manera de esquivarla, a veces me siento ladrón, a veces victima, a veces victimario, a veces un monumento faraónico, a veces cemento que quiere ser obra de arte, a veces orgulloso, a veces estúpido, a veces división, a veces miguel ángel…
La amo, con todo mi ser , porque en ningún otro lugar se viven estas aventuras, imposible aprender estas experiencias en cualquier otro sitio, inútil intentar sentirse tan retado y tan victorioso en otra parte del mundo, inútil tan vencido, pero sobretodo me gusta este lugar porque aquí vive la gente que más amo, las personas más increíbles que he conocido en toda mi vida, que más admiro y respeto, con sus manías, con sus culpas, con sus sonrisas, con sus manos, con su sudor, con sus brazos abiertos, con la cálidez que sólo puede provocar tan urbana indiferencia, con sus sentimientos encontrados (que también son míos), con su tolerancia, con su desesperación, con sus donas, con sus autos rojos y verdes, con sus camionetas guindas, con su olla expres haciendo ruido, con su whiskey, con su cerveza, con sus desvelos, con sus madrugadas, con sus atardeceres, con su dentadura postiza, con sus brackets, con sus lentes, con su autenticidad, con sus máscaras, con sus confusiones, con sus aciertos, con sus errores, con esas personas, siempre con ellas… algo las puso en mi camino y no estoy dispuesto a perderlas, haré lo que sea para que se mantengan a mi lado, lo único que es necesario son ganas y amor.
viernes, 7 de septiembre de 2007
La vida se ilumina de vez en cuando
Se t'incontro per strada
non riesco a parlarti
mi si bloccano le parole
non riesco a guardarti
negli occhi
mi sembra di impazzire
se potessi amplificare
il battito del mio cuore
sentirete un batterista
di una band in metallo pesante
ed e' per questo
che sono qui davanti
perche' mi viene molto piu' facile
cantarti una canzone
magari che la sentano
i muri e le persone
Piuttosto che telefonarti
e dirti tutto faccia a faccia
rischiando di fare una figuraccia
sono timido
ma l'amore mi da' coraggio
per dirti che
da quando ti ho visto
e' sempre maggio
E a maggio il mondo e' bello
e invitante di colori
ma ancora sugli alberi
ci sono solo fiori
che prima o poi si dice
diverranno pure frutti
E allora tu che fai?
golosamente aspetti
aspetti che quel desiderio
venga condiviso
io sono qui davanti
che ti chiedo un sorriso
Affacciati alla finestra
amore mio
affacciati al balcone
rispondimi al citofono
sono venuto qui
col giradischi e col microfono
insieme al mio complesso
per cantarti il sentimento
e se tu mi vorrai baciare
saro' contento
e questa serenata
e' la mia sfida col destino
vorrei che per la vita
noi due fossimo vicino
Una serenata rap
per dirti che di te
Mi piaci come mi guardi
mi piace come sei con me
mi piace quel tuo naso
che s'intona con il mondo
mi piace il tuo sedere
cosi' rotondo
da rendere satellite
ogni essere vivente
mi piaci perche' sei intelligente
si vede dalle tue mani
come le muovi
mi provochi pensieri
e sentimenti sempre nuovi
Nei tuoi fianchi sono le alpi
nei tuoi seni le dolomiti
mi piace quel tuo gusto
di scegliere i vestiti
Quel tuo sorriso al di sopra
delle mode del momento
Sei un fiore che e' cresciuto
sull'asfalto e sul cemento...
Affacciati alla finestra
amore mio
Affacciati alla finestra
amore mio
Affacciati alla finestra
amore mio
per te da questa sera
ci sono anch'io
Serenata rap
serenata metropolitana
mettiti con me
non saro' un figlio di puttana
non ci credere alle cose
che ti dicono di me
sono tutti un po' invidiosi
chissa' perche'
Io non ti prometto storie
di passioni da copione
di cinema romanzi
e che ne so di una canzone
io ti offro verita'
corpo anima e cervello
amore solamente amore
solo solo quello
Affacciati alla finestra
amore mio
Affacciati alla finestra
amore mio
Affacciati alla finestra
amore mio
per te da questa sera
ci sono anch'io
Amor che a nullo amato
amar perdona porco cane
lo scrivero' sui muri
e sulle metropolitane
di questa citta'
milioni di abitanti
che giorno dopo giorno
ignorandosi vanno avanti
e poi chissa' perche'
perche' chissa' per come
nessuno sa perche'
perche' chissa' per come
Due sguardi in un momento
sovrappongono un destino
palazzi asfalto e smog
si trasformano in giardino
persone consacrate
dallo scambio di un anello
e un monolocale
che diventera' un castello
Affacciati alla finestra
amore mio
Nei tuoi fianchi sono le alpi
nei tuoi seni le dolomiti
mi piace quel tuo gusto
di scegliere i vestiti
Quel tuo sorriso al di sopra
delle mode del momento
Sei un fiore che e' cresciuto
sull'asfalto e sul cemento
Affacciati alla finestra
amore mio
Affacciati alla finestra
amore mio
Affacciati alla finestra
amore mio
Affacciati alla finestra
amore mio
Affacciati alla finestra
amore mio...
Affacciati alla finestra
amore mio
Affacciati alla finestra
amore mio
Affacciati alla finestra
amore mio...
*********************
Cuando me enteré que la traducción y la versión en español era de Sin Bandera casi miento madres, hasta que me di cuenta que Jovanotti hasta los había ayudado y coolaborado en su rola, así que aquí se las dejo traducida
Si te encuentro en la calle
No me atrevo ni hablarte
Se bloquean mis palabras
no me atrevo a mirarte a los ojos
y aunque suene imposible
si pudiera amplificar el latir del corazón
sentirías al baterista de una banda de metal pesado
y hoy por eso estoy aquí parado
porque me sale mucho más fácil con una de mis canciones
para lograr que sientan hasta muros y platones
Y para no telefonear te digo todo cara a cara
como si la pena no me importara
soy muy tímido
escondo amor en mi, no fallo
para decirte que desde que te vi siempre es mayo
y en mayo el mundo es bello
y está lleno de colores
y todavía en los árboles
habitan sólo flores
tarde que temprano van a
derramar su fruto
y dime cómo estas
ansiosamente espero
Espero que este sentimiento sea correspondido
yo estoy aquí delante y te quiero y te sonrío
asómate a la ventana amore mio
Asómate al balcon
responde niña porfavor
solo vine hasta aquí con tornamesa y un micrófono
traje aquí a mi banda a cantarte lo que siento
si tú me quisieras besar yo estaría contento
Es que esta serenata es mi cita con el destino
pues quiero que en la vida estemos
tu y yo siempre unidos
una serenata rap para decir a ti
me gusta como miras y lo que piensas de mí
me gusta tu nariz en sintonía con el mundo
me gusta tu trasero, casi redondo
que torna en un satelite a cada ser viviente
me gustas por que eres, inteligente
Se ve muy claro en tus manos como las mueves
Y haces que hasta los sentimientos siempre me renueves
Tus caderas son los andes y tus pechos los volcanes
Me gusta tu buen gusto en la ropa con que sales
Que está muy por encima de la moda del momento
Una flor que así creció entre el asfalto y el cemento
Asómate a la ventana amore mío
Asómate a la ventana amore mío
Asómate a la ventana amore mío
Asómate a la ventana amore mío
Seranata rap, serenata metropolitana
Confía un poco en mí
Aquí estaré cada mañana
No debes creer las cosas que otros te digan de mí
Es que son muy envidiosos
quizás porqué
Yo no te prometo historias de pasión como de guiones
de cine de romances solo falsas ilusiones
Yo te ofrezco la verdad, cuerpo, alma y un cerebro
Amor es solamente amor
Es solo solo eso
Asómate a la ventana amore mío
Asómate a la ventana amore mío
Asómate a la ventana amore mío
Asómate a la ventana amore mío
Amor que nadie ama se resigna a no lograrlo
lo escribe en los muros
y luego en el subterráneo de esta ciudad
millones de habitantes que van día con día
ignorándose hacia delante
y después no sé porqué
porqué, quién sabe cómo
despué no sé porqué
porqué quieén sabe cómo
dos almas de repente se generan un destino
palacios, ruido, smog son como un jardín divino
personas entregadas intercambian un anillo
en un departamento que sera como un castillo
asómate a la ventana amore mío
Tus caderas son los andes y tus pechos los volcanes
me gusta tu buen gusto en la ropa con que sales
que está muy por encima de la moda del momento
una flor que así creció, entre el asfalto y el cemento
Asómate a la ventana amore mío (asómate ya)
asomate a la ventana amore mío (asómate ya)
(serenata rap, serenata rap)
asomate a la ventana amore mío (asómate ya)
Non ci credere alle cose che ti dicono di me
asomate a la ventana amore mío (asómate ya)
(serenata rap, serenata rap)
**************
Otra canción buenísima de este compa (lastima que sólo toca la lira) es la versión en italiano de "Depende" de Jarabe de Palo, ahí la escuchan si pueden.
Saludos
martes, 4 de septiembre de 2007
¿Por qué el tiempo se ha vuelto un bien material?
La agenda de hoy es la siguiente: la anécdota, unos versos que salieron a pasear y la respuesta a una canción de Silvio.
*********
Momento ya de regresar a la escuela, ver rostros perdidos por la nostalgia y reencontrarlos, algunos más jóvenes, algunos más viejos, pero la esencia no cambia, zombies atrapados en la prisión de la responsabilidad (aún a medias) o bien, entes extraños que disfrutan el, a veces, martirio institucional.
Los mismos edificios, las mismas personas, los mismos trámites, al parecer lo único que ha cambiado es el ánimo con el que uno se enfrenta a todo esto. Desencanto, desidia, pereza mental, herramientas básicas para sobrevivir en un lugar donde la lucha férrea es el desayuno y la comida –lucha que se libra por lo general al interior-.
De cualquier manera siempre hay una salida, esta vez no es la alegría de ver a los viejos compañeros, tampoco el brioso andar para sonreír a las caras nuevas, mucho menos la esperanza de que es ya el último año -¿a quién le ilusiona hacer tesis y servicio social?- es, en sí, el sencillo de hecho de saber que el mundo se ha acomodado como debe ser y según mi religión, sí, dos días de escuela, cinco de descanso (que bonito suena eso aunque de antemano sabemos que es relativo), pero de cualquier modo anima saber que la tortura sólo durara 8 horas dos veces a la semana. No todo es tan malo, me da gusto –un poco- regresar a ese mundo de intelectuales en el cual me siento tan aparte, es delicioso saber que soy absolutamente distinto a ellos, siempre para adentro. También es bueno saber que ahí no se juzga nada exterior, nada de apariencias, pero siempre estarán listas las filosas lenguas para hacer menciones duras o suaves respecto al comportamiento ¿humano? Académico.
Estos pensamientos se diluyen en alcohol, como siempre, nocturno, le abren paso al recuerdo de días educativos, recuerdan también que es necesario disfrutar las malas experiencias, ser más cuidadosos, establecer límites y respetar – a veces- los ya establecidos… en fin, las reglas se hicieron para romperse.
En esta nube que se posa en las plumas de los cuervos vouyeristas, encuentro un pensamiento que me apendeja (sí, en tono altamente poético), una imagen que no se detiene y que sólo busca arreglar el caos exterior y, sin darse cuenta, provocar uno interno, voltear mi planeta y sacudirlo hasta que algunas monedas y restricciones mentales caigan de él. Mi única defensa -¿me quiero defender?- es otro recuerdo, uno que hace reventar mi cabeza, mi estomago, mis ojos, un pensamiento que cruza océanos, carreteras y cables de luz, sólo para venir a suplicar que lo aleje, no por mi bien, ¿qué más da? Si no por el del barco que navega por aguas desconocidas.
Después de una noche de sueño pasa la tormenta, es hora de limpiar la cubierta y reflexionar acerca de las olas venideras, catorce metros de agua salada que partirán los nervios a la mitad, ahora es importante no correr, la receta es sencilla, tomar la tabla y enfrentar a esas olas que no sabemos si de verdad vendrán, a lo mejor, Poseidón nos guarde, la marea traiga un poco de agua salada, tranquilidad, peces que comer y abandone una flor perdida en el camarote principal.
*******************************
Siempre atento a los visitantes de tu guarida,
siempre leal a las noches de tristeza,
eterno romance con la noche,
eterno sueño con el día.
Te has escondido de aquellos que corrompen,
te has mostrado a aquellos que alientan,
te has equivocado igual que yo,
has acertado a llorar la tarde entera.
Llegaste un día de fiesta, hace más de diez años,
saliste de un desierto de madera,
entraste a este mundo con arrugas,
te has hecho viejo conmigo, con ojeras.
Me has vuelto un extraño, un gato nocturno,
me he hecho de ti, del sabor de tu boca,
de tus canas, de tu abrigo, de mi absurdo,
de estrellas, de luna, de venganzas, de tu aroma.
Tigre marino, tigre ancestral, llama eterna,
confidente, amigo, juez, tigre marino, tigre ancestral,
mano y pierna de días olvidados, almohada de pena,
abrazo metálico, lámpara de cueva, tigre nocturno, tigre inmortal.
Mi fin se acerca y sólo observas,
mi fin se aleja y sólo observas,
la vida ha llenado mi alma, la muerte pronto me llevará,
alma inmortal siempre compañera, el día del juicio, sólo observarás.
******************
Dice un amigo que la revolución terminó, que hay que dejar morir a la trova y darle santa paz, no sé si estoy de acuerdo con él, la verdad es que no soy muy fan, pero hay una canción de Silvio Rodríguez que me despertó cierto interés y que al leerla, bueno, sólo me dieron ganas de contestarle. La canción se llama “Y Mariana” ahí la leen y luego ven esto a ver que les parece.
Y no entiendo que significa ser diferente,
y no conozco lo que es estar conforme,
y me alegra ser un niño con edad,
me contenta ser un perfume sin flor.
Nada tengo y nada quiero en este mundo,
nada que no se llame paz y libertad.
Y de afuera para adentro aseguramos,
y de adentro para fuera muerto estás.
Los muñecos quieren ser papel,
los sueños quieren ser canción.
Dios juega a pretender que pretende,
Mariana no conoce su canción.
Uniformes manchados de sangre con medallas de algodón,
el pan sólo se disfruta si es robado y el sol te abandonó.
El gavilán opaco que custodia el silencio, un permiso concedió,
de mentiras hizo al hombre, de mentiras dulces y de sabor.
Los esclavos se han cegado y ya no quieren trabajar,
entonces se abandonan a la muerte, el llamado mayor a la paz.
Nos hemos vuelto muy sensibles, hemos olvidado al amor,
somos tiranos que se comen el viento, somos todos, un pequeño dictador.
El fuego ha borrado las heridas,
los días son consumidos por el sol,
Dios ha muerto en esta tierra y no revive,
la tinta seca le hizo a Mariana su canción.
Ojalá les guste, nomás al final dejo una frase de una canción, no tiene nada que ver, al menos no para el mundo conocido, siempre la brújula apuntando fuera del mapa.
“…me preguntas si cuando me pierdo te llevo presente, si la duda que abraza este cuerpo profana mi mente, no es tan fácil romper el silencio feroz de la tarde, de lo cotidiano, te quiero tanto, tanto te quiero, que en este abrazo se me acaba el universo”
Mascarita sagrada…perdón, Alejandro Filio.
sábado, 1 de septiembre de 2007
Cuando el viento azota
********************
Hombre de papel.
Hombre de papel que extraña en dos partes,
una que está siempre contigo y no está con él,
otra que siempre está con él y quiere estar contigo.
Hombre de papel que frunce el ceño,
que golpea las paredes y patea las piedras,
que rompe los vidrios y azota las puertas.
Hombre de papel que viaja a dos metros del suelo,
que sube y que baja, que viene y que va,
que vuela y se arrastra, se rasga al final.
Hombre de papel, extraño nocturno,
iracundo, ruidoso, nostálgico, furioso,
gigante, melodioso, melancólico, dichoso.
Hombre de papel, frágil visita de tarde soleada,
de ojos extraños, de olor a cereza,
de dientes menguantes, de silencio, de nada.
Hombre de papel, de centro escarlata,
de aura amarilla, de piel naranja,
de tumba negra, de ceniza agotada.
Hombre de papel desafortunado:
encontró suerte en tu almohada,
la desdicha en tu ígnea mirada.
****************************************
Una triste historia
Llego a tiempo para el interrogatorio, veo a través del espejo de una vista y me decepciona ver que me he perdido el inicio del procedimiento.
Al otro lado del espejo observo un cuarto estéril, sin ventanas, una mesa de interrogatorio, dos sillas atornilladas al suelo y una iluminación parpadeante que de solo verla hace que me dé jaqueca.
En una de las sillas, el interrogador Roberto Suárez con sus notas pulcramente acomodadas frente a él y una grabadora de bolsillo al lado. Del otro lado de la mesa el interrogado; Jaime Sanani, un individuo que bien podría pasar desapercibido entre una multitud. Cabello oscuro, gafas sin distintivos ni de marca conocida, quizá lo único que lo delataría serían esos pequeños ojos negros en cuya superficie se puede apreciar un brillo que delata la demencia que tras ellos se esconde.
—Veamos, entonces ¿su relación con el asesinato de Sir Anthony de Burguess?— pregunta Roberto en un tono que denota más hastío que nada.
—Yo induje a Clemente Hernández a que lo llevara a cabo— responde Sanani sin siquiera parpadear.
—¿Desde cuándo conoce a Hernández?
—Pareciera ser casi toda una vida, fue una de las primeras personas que conocí recién llegado a la ciudad.
—¿Ya veo, y cuál era su relación?
—Meramente profesional, pero aún así lo conocía muy bien.
—Ya, ¿y con respecto al suicidio de la actriz Diana Blank?
—Yo la convencí de que terminara con su vida, le di el arma y estuve con ella hasta el final.
Roberto se remueve inquieto en su asiento sin dejar de quitarle de encima la vista a Sanan. Revisa sus notas y prosigue.
—¿Cómo conoció a la señorita Blank?
—Seguí su carrera desde el inicio, cuando sólo tenía papeles menores en obras de teatro de poca monta, ella lo notó y pronto me volví su amigo y confidente.
—¿Y se aprovechó de esa confianza para obligarla a suicidarse?
—No, en eso se equivoca, ella atravesaba por un período de profunda depresión, su nombre ya no llamaba la atención, poca gente seguía sus obras, no tenía la menor oportunidad de saltar al cine y el público la comenzaba a olvidar. Lo único que hice fue ayudarla a terminar con su miseria y a que tuviera un final digno con el cual retirarse... irónicamente después de ello consiguió finalmente dar el salto a la pantalla grande.
—¿Sabe usted que entre los seguidores de la señorita Blank hay quienes aclaman por su sangre; y no debería decirle esto, pero hay otra parte de ellos que lo aclama por ello y siguen su caso con mucho interés?
—Por supuesto, recibí mucho correo con ambos puntos de vista.
—Déjeme ver si lo entiendo bien, recibió correspondencia con relación a la muerte de la señorita Blank?
Luego de dudar un momento y desviar la mirada Sanan responde:
—Sí, había cartas que me amenazaban de varias maneras y unas cuantas me alentaban a seguir adelante.
—Claro, y usted se dejó llevar por la fama y decidió cometer...¿cuántos homicidios más?
—Quince más, y quizás hubiera seguido delante de no ser por ella...
—¿Quién es ella Sanan?— pregunta Roberto, su voz dejando percibir claramente un tono de curiosidad.
—Gabriela Minchaca.
—¿Qué sucedió con la señorita Minchaca?— pregunta Roberto mientras revisa sus notas y hace nuevas anotaciones.
—Debe comprender que ella fue mi obra maestra, sin embargo su muerte me llenó de fuertes sentimientos de culpa y remordimiento que ocasionaron que me entregara voluntariamente. Es posible, como ya le dije antes, que si no hubiera sido el punto máximo de mi carrera hubiera continuado quizás toda mi vida buscando esa perfección.
—Reláteme todo lo que pueda de la señorita Minchaca— lo exhorta Roberto mientras continúa frenéticamente tomando notas.
—La había entrevisto desde hace mucho tiempo, y no podía dejar de pensar en ella, soñaba con perderme en su mirada de zafiros, con una caricia de su piel tersa y suave como la seda, y con tan sólo percibir su perfume de violetas regresar a la realidad para seguir el mapa que trazaban en su piel las pecas que portaba cual orgullosos tatuajes.
Es por ello que regresaba puntual a una cita que nunca hicimos en un café de la Condesa para apreciarla mientras iba y venía entre las mesas llevando néctar y ambrosia a los mortales que frecuentaban el lugar. Intercambiar unas pocas palabras y ver los hoyuelos formarse en sus mejillas, y no tener el valor para decirle algo más. Imaginar pláticas que nunca llegaron a suceder e hilar frases ingeniosas para momentos perfectos que nunca se presentaron.
Todo era perfectamente llevadero hasta el día en que llegó luciendo un anillo de compromiso mientras se acercaba para el acostumbrado intercambio de palabras escasas. Sentí como si me hubieran retirado el suelo bajo mis pies y salí corriendo del café para no volver jamás.
Y sin embargo regresé, pero no para entrar en el café sino para conocer a mi rival en el juego por sus afecciones.
Vi llegar un auto último modelo, del cual bajó un ejecutivo vestido con un traje hecho a la medida, e irremediablemente supe que no era rival para él.
Fue en ese momento que planeé todo a la perfección.
Los vi besarse y charlar un rato, ella terminó su turno y se fueron. Los seguí en mi auto hasta un edificio de departamentos, y luego de un rato vi sus siluetas recortarse en las cortinas del apartamento, y al apagarse las luces sentí como si hubieran apagado algo dentro de mí.
Contacté con un asesino a sueldo, pues sabía que de haberlo hecho yo mismo me faltaría valor para terminar con la luz de sus zafiros.
Mi plan era perfecto, como un guión de cine, vi como el asesino entraba en el edificio de departamentos días después, lo seguí hasta el departamento, lo vi abrir la cerradura sin esfuerzo, lo acompañé adentro y contemplé como le volaba a él la cúpula de los pensamientos, mientras ella gritaba a todo pulmón, seguí la trayectoria de su brazo y un destello acerado hasta su pecho, terminando con su vida en un instante.
Y mientras su alma inmortal se elevaba a los cielos, mis lágrimas caían bañando los suelos.
Sanani calla, es claro que no tiene nada más que decir, Roberto apaga la grabadora, llama a los guardias quienes se llevan a Sanani, el cual no opone la menor resistencia.
Mientras Roberto enciende un cigarrillo entro a la sala de interrogatorios.
—Rayos!! ¿Habías visto alguna vez un caso así?— me pregunta Roberto.
—Nunca, pobre Sanani, tanto talento y el pobre diablo sufre un colapso nervioso que lo lleva a creer que él ha asesinado a cada protagonista que él ha creado.
—Rayos— repite Roberto, quien recoge sus cosas— de todos los pacientes que tenemos en el psiquiátrico él es el más triste.
Apago la luz mientras salimos y cierro la puerta tras de nosotros.
***************************
Buena noche...